Cuidando el físico... diviértanse

La hora en Lima

miércoles, 22 de julio de 2009

Deshaciéndonos de aquello que nos molesta

MJ Más jóvenes... ¡¡¡Locos por Jesús!!!

Hay cosas en la vida que no podemos cambiar y por más que nos esforcemos en quitarlas no somos capaces de deshacernos de ellas, nos persiguen donde quiera que estemos y sea cual sea nuestra situación personal. ¡¡¡Qué fracaso!!! El evangelio nos dice: "Venid, luego, dice Jehová, y estemos a cuenta: si vuestros pecados fueren como la grana, como la nieve serán enmblanquecidos; si fueren rojos como el carmesí, vendrán a ser como blanca lana". -Isaías 1: 18- Es muy interesante que la grana y el carmesí son colores en las Escrituras que representan la culpabilidad, representan la sangre inocente derramada. Tal vez físicamente no hemos matado a nadie pero nuestro corazón guarda maldad y rencor hacia muchos, esto equivale a matar en las Escrituras. Hay tantas cosas en nuestro ser interior que nos damos cuenta que estamos llenos de mal. Si tuvieramos el poder desearíamos deshacer muchas de las obras que llevamos adelante cuando actuamos vehementemente, por venganza o con maldad. La nieve y la lana son sustancias blancas por naturaleza y nos llevan a pensar en todo lo que es limpio y libre de culpa gracias a que se ha quitado toda mancha de sangre de quien realmente lo desee. Jesús lleva toda la culpa y nos hace libres de aquello que nos atormenta y no nos deja vivir en paz. En Jesús tenemos nueva vida y victoria sobre todo aquello que no nos deja en paz. Deja con Jesús, el Hijo de Dios, todo lo que te atormenta o llena de culpa. "Si confesamos nuestros pecados, Él es fiel y justo para perdonar nuestros pecados, y limpiarnos de toda maldad" -1 Juan 1: 9- "Él volverá a tener misericordia de nosotros; sepultará nuestras iniquidades, y echará en lo profundo del mar nuestros pecados". -Miqueas 7: 19-

El Principe Azul

MJ Más jóvenes... ¡¡¡Locos por Jesús!!!

El amor verdadero no nos hace ciegos, sino al contrario, nos da la verdadera visión de la persona, de la realidad. Permite ver los defectos y las debilidades de otro y a pesar de eso amarlo, aceptarlo tal como es.
Cómo podemos saber que amamos a alguien, cuando sus defectos no nos molestan. Ciertamente no serán los defectos los que se aman, pero se ama al otro con sus defectos, se siente uno responsable con él.
Aquí debemos tratar un tema real en una relación de enamorados, la verdad. La verdad usualmente hace daño, sobre todo cuando tiene fundamento. Todos somos sensibles por ese lado y, en particular, los hombres cuando nos critican las mujeres. ¿Por qué la verdad nos fastidia? Porque somos pecadores y no podemos aceptar nuestra debilidad o defecciones.
Usualmente los hombres esperamos estas cosas de la mujer:
“Debe estimular con una crítica incansable y franca para que pueda alcanzar el más alto bien”.
“Aunque la defraude, no debe retirarme la confianza. Debe ayudarme sin desfallecer a superar mis inclinaciones malas… No debe ser apañadora sino hablar inmediatamente en qué le he herido”.
No queremos una mujer facilota, sino una mujer en el plano de la igualdad, que se mantendrá a mi lado ante Dios. Solamente con una compañera así se puede llegar a ser verdaderamente y completamente una sola carne, un ser nuevo y vivo. Pero esta clase de comunión, exige la crítica recíproca.
En el tema sentimental tenemos que tener cuidado de cómo usamos la Palabra de Dios. Hoy en día hay mucha ligereza para mencionarla, es decir se la usa al azar con el fin de demostrar que quien la menciona tiene la razón. Los textos bíblicos no son etiquetas de garantía que justifican lo que pensamos a los ojos del mundo. Lo que muchos "famosos" hacen hoy en día es algo así, ¡¡¡fíjense, Dios piensa como yo!!!
La Palabra de Dios es “como un martillo que rompe las rocas” (Jeremías 23: 29). La Palabra de Dios quita lo que estorba, lo que hace mal, forma y transforma. ¡¡¡La Palabra de Dios nos impele a combatir!!!
El principio bíblico de vida matrimonial se encuentra claramente establecido en Efesios 5: 21-33. Siendo su principal fundamento la sumisión recíproca y dice: “Someteos unos a otros en el temor de Dios” (v. 21) y cuyo fin es reflejar la relación de Cristo con la iglesia.
Esto significa para “las casadas que estén sujetas a sus propios maridos, como al Señor” (v. 22) y continua la explicación hasta el versículo 24 inclusive. Pero en el versículo 25 se nos enseña lo que significa para el hombre: “Maridos, amad a vuestras mujeres, así como Cristo amó a la iglesia, y se entregó asimismo por ella”. Esta es una oración verdaderamente formidable, tal vez toda una vida no sería suficiente para meditar sobre su profundidad pues expresa en última instancia la relación de Cristo, el eterno Hijo de Dios, con la iglesia que compró con su preciosa sangre en la cruz del Calvario y a quien se encuentra divinamente unido para toda la eternidad.
¿Cómo amó Cristo a la iglesia? La sirvió, trabajó por ella, la ayudó, la consoló e incluso (lo que era un trabajo de esclavo) lavó sus pies.
¿Puedes experimentar cómo la Palabra de Dios es una espada de dos filos que hace daño? Cristo no fue precisamente lo que los hombres hubiéramos querido que fuera: un caudillo, un cacique, un leader, o dictador que se hace servir. Fue el esclavo de su iglesia. Utilizó la palabra con intención, y molestó los oídos de la gente de su época. El fue jefe de su iglesia precisamente en su condición de esclavo. Oigan esto claramente: El hombre es jefe de su mujer en la misma medida en la que es su esclavo.
¿Sabes lo que es más terrible? La iglesia no siempre le obedeció, muchas veces utiliza triquiñuelas y racionalizaciones para hacer lo que le da la gana en su nombre, ¡¡¡terrible!!! Encima hacemos toda clase de críticas con respecto a la iglesia.
La realidad es que la iglesia tiene tantos aspectos desagradables, cuando pensamos en las tensiones y en las disputas continuas a su interior. Pero es a esa iglesia a la que Él la amó, y fue por ella por quien murió. Con su amor la hizo digna de ser amada. Cuando ella le obedece, no lo hace como un deber, sino por lo mucho que la ama, porque no puede vivir sin su cabeza.
Por esta razón el hombre debe luchar bajo la dirección de la Palabra de Dios por la mujer que ama como Cristo luchó por su iglesia. Lo que el hombre luche por ella será el servicio que le ofrezca.

martes, 7 de julio de 2009

CUANDO LAS RELACIONES SE COMPLICAN

MJ Más jóvenes... ¡¡¡Locos por Jesús!!!
Es fundamental para que una relación de enamorados tenga esperanza y haya sentido en el estar juntos, el vivir el arrepentimiento personal. Ésto demanda tres cosas:
* Reconocer el pecado o error de conducta.
* Aceptar la corrección sobre esa conducta, palabra o sentimiento.
* Corregir la conducta, palabra o sentimiento incorrecto
Esto La Palabra de Dios lo menciona y designa como: Perdón. Esta debe ser nuestra principal atención cuando buscamos una relación de enamorados pues sino hemos solucionados las cosas de nuestro mundo interior traemos a la relación complicaciones innecesarias pero catastróficas para formar las bases de un buen matrimonio.
Jesús es perdón y la comunión con Él se centra en su perdón. Muchas veces es difícil renunciar al castigo por aquello malo que hemos hecho, y sobre todo admitir que Jesús ya cargó con tus sufrimientos y el castigo que te correspondía cayó sobre Él. Debes entender que Jesús con su muerte y resurrección dejó todo arreglado.
“No tengas miedo, porque yo te he liberado,
Te he llamado por tu nombre
Y me perteneces”.
-Isaías 43: 1b- (PDT)
“Entonces si el Hijo los libera, ustedes serán realmente libres”.
-Juan 8: 36- (PDT)
Esto debe hacerte reflexionar si eres alguien realmente perdonado, pues sólo si lo eres podrás ejercer el perdón hacia otros. La relación de enamorados y luego de esposos demanda al máximo ser perdonador, las relaciones humanas no son sencillas y demandan tener la capacidad de perdonar por nuestras constantes fallas. Si has recibido el perdón podrás extender el mismo a otros que incluso no lo merecen. Tal cual te sucedió con lo que hizo Cristo por ti.
Esta necesidad debe ser cubierta justamente porque el llevar adelante una relación enfrenta los siguientes desafíos que nos complican la vida si no nos encontramos centrados en Dios:
Dejar todo en las manos de Dios. Lo que hace Dios siempre es más sublime que lo que hacen los hombres. Debemos tener el coraje suficiente de hacernos pequeños ante Dios, al punto que Dios crezca en nosotros a la vista de todos.
El espíritu ambiguo. Debemos cultivar un espíritu de lucha, para ello necesitamos la libertad que el perdón nos da. Este espíritu de lucha inspira respeto y/o estima. La estima inspira amor. Cuando ponemos nuestra mano sobre la mano de Dios para dejarnos guiar, lo que necesitamos no son bienes materiales (incluido el dinero) sino fe. Esta seguridad es la que alcanza solamente el amor.
El dolor. Esta es una experiencia real en toda relación de amor. No hay amor sin dolor. Jesucristo en la cruz es la muestra viva más clara e indubitable de ese amor que experimenta dolor. Jesús murió por quienes en ese momento eran sus enemigos y en prueba de ese amor entrega su vida. Por esta razón, solo el que puede curar tiene derecho a hacer daño. Por eso es preciso amar mucho para poder intentar hacer sufrir. Sólo el amor tiene ese derecho y ese deber. Porque el amor verdadero no es sentimentalismo ni piedad, sino valentía y fortaleza.
La Palabra de Dios nos dice: “No cometerás adulterio” (Éxodo 20: 14). Martín Lucero, el renombrado reformador nos dice: “¿Cuál es el sentido de estas palabras? Hemos de temer y amar a Dios para poder vivir una vida casta y honesta en nuestros pensamientos, palabras y acciones y llevar al matrimonio la estima y el afecto mutuo”.
Esto nos habla de la profunda necesidad de la estima y el respeto, los cuales tienen un sentido más profundo que el que pensamos. El respeto reconoce u encuentra lo que es digno de ser amado, donde los demás no ven nada. En esta circunstancia podemos decir que una mujer que ama, ama a su marido en los momentos de debilidad, en las caídas, en los fracasos, cuando deja caer la cabeza como las hojas secas del árbol de plátano. Tan sólo el que tiene un respeto así ama de verdad.

¡¡¡Los mudos!!!


MJ Más jóvenes... ¡¡¡Locos por Jesús!!!

Se designa a un jugador del grupo para que tenga a su cargo la dirección de "los mudos". En un espacio amplio se organiza el juego. "Los mudos" deben estar a unos cinco metros del rey, para que éste pueda ver su movimiento. Todos a la vez deben explicar un país y una profesión u ocupación sólo con movimientos y sin utilizar palabra alguna. Ejemplo: Argentina y zapatero; Italia y agricultor; China y policía, etc.

El juego se hace por equipos, todos con su rey quien será quien adivine los países y las profesiones u ocupaciones.

El director general del juego debe tener claro los países y las profesiones u ocupaciones para asignarlas a cada grupo. Cinco por cada equipo para una primera rueda, y algunas más en caso de desempate. "Los mudos" deben saber de antemano que movimientos harán por cada país y la profesión u ocupación.

El juego empieza con la pregunta del rey a sus "mudos": ¿De dónde vienen? "Los mudos" accionarán de acuerdo al movimiento que acordaron para permitir que se descubra el país. Luego el rey preguntará a "los mudos": ¿Qué hacen? Una vez más "los mudos" contestarán con el movimiento de la ocupación o profesión que acordaron.

El equipo que tiene más aciertos será el ganador.