MJ Más jóvenes... ¡¡¡Locos por Jesús!!!
“Viviré entre
ustedes, yo seré su Dios y ustedes serán mi pueblo porque yo soy el SEÑOR
su Dios”. –Levítico 26:
12, 13a- [PDT]
Circula por
ahí una vieja historia llamada <>. Se
trata de la historia de un hombre que tuvo un sueño y en el sueño se veía a sí
mismo caminando en una playa junto con el Señor. Al mismo tiempo, en el cielo
se apreciaba un relato con imágenes de su vida. En esas escenas veía dos pares
de huellas en la arena, un par le pertenecían y las otras eran del Señor. De
pronto en una de las escenas, al mirar las huellas en la arena, se dio cuenta
que había un solo par de huellas, esto le hizo percatarse que en muchos pasajes
de su vida pasaba lo mismo. También pudo darse cuenta que en los momentos más
difíciles o apremiantes de su vida, cuando se sentía profundamente triste o se
encontraba en angustia, aparecía sólo un par de huellas. Esta situación le
impresionó porque consideró lo siguiente y se lo dijo al Señor: “Señor, tu
dijiste que una vez que decidiera seguirte, tú caminarías conmigo siempre. Pero
me he dado cuenta que en los momentos más duros y difíciles de mi vida, sólo
hay un par de huellas. No entiendo por qué no estuviste allí en esos momentos
que más necesitaba tu compañía y dirección. ¿No dijiste que nunca me dejarías
sólo?”.
El
Señor le contesto con voz afectuosa: “Hijo mío. Mi muy amado hijo. Nunca dudes
de mi amor, yo te amo y nunca te abandonaría, más aún en momentos tan duros.
Durante los tiempos de crisis y sufrimientos, has visto sólo un par de huellas
porque era yo quien te llevaba en mis brazos para que puedas avanzar en medio
de la sombra y la muerte.
¿Entiendes
lo que la historia te quiere decir? No importa la situación que te toque vivir,
el Señor siempre estará contigo y te sostendrá de diversas maneras, sobre todo
de los modos menos pensados o jamás imaginados. No te olvides.
Si
estás dispuesto(a) a reconocer el mal en ti, tu pecado y te arrepientes de la
vida sin Dios que llevas, llena de rebeldía, tomando decisiones por tu cuenta, teniendo
doble vida, o tal vez viviendo en hipocresía, para determinar un cambio radical
de vida, renunciando al estilo de vida que llevas y dejando tu vida en manos de
Jesús, para que Él con su poder te transforme en una nueva persona, con un
nuevo corazón, un nuevo pensamiento y nuevas decisiones de vida. Entrégale toda
tu persona a Jesús y has de Él tu Salvador. Entonces, podrás con toda seguridad
y confianza la compañía de Jesús. No lo olvides. Nunca más tendrás que caminar
sólo(a) otra vez. Él siempre camina contigo.
Si deseas
aprender más del tema lee: Salmo 23: 4; Proverbios 3: 23-26; Hebreos 13: 5