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MJ Más jóvenes... ¡¡¡Locos por Jesús!!!
Para comentar esta doctrina nos basaremos en la cita de Romanos 3: 21, que nos dice: "Pero ahora, aparte de la ley, se ha manifestado la justicia de Dios, testificada por la ley y por los profetas".
La justicia de Dios no es un atributo personalísimo de Dios, ni tampoco el carácter transformado del creyente, sino Cristo mismo, quien satisfizo completamente en nuestro lugar y a favor nuestro todas las demandas de la ley y quien, por medio del acto de Dios llamado imputación (Levítico 25: 50; Santiago 2: 23) "nos ha sido hecho... justicia" (1 Corintios 1: 30), a los que creemos en Él. El creyente en Cristo se halla ahora protegido por una justicia tan completa y bendita, que en ella no se puede hallar defecto ni incumplimiento de las exigencias de la ley del Monte Sinaí. Cristo cumplió la ley y esta justicia la traslada a los suyos.
Esto es lo que se llama la justicia de Dios por la fe. En Romanos 3: 26 cuando hace referencia a "su justicia" indica que Dios es consecuente con su propia ley y santidad al justificar gratuitamente a un pecador que cree en Cristo; es decir, uno en cuyo favor Cristo ha cumplido todas las demandas de la ley.
Puedes escudriñar más y profundizar en las siguientes citas: 2 Corintios 5: 21; Romanos 4: 6; 10: 4; Filipenses 3: 9.
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