No quiero decir que ya llegué a la perfección en todo, sino que sigo adelante. Estoy
tratando de alcanzar esa meta, pues esa es la razón por la cual Jesucristo me alcanzó a mí.
Hermanos, no considero haber llegado ya a la meta, pero esto sí es lo que hago: me olvido del pasado y me esfuerzo por alcanzar lo que está adelante. Sigo hacia la meta para ganar el premio que Dios me ofreció cuando me llamó por medio de Jesucristo.
Filipenses 3: 12-14 -PDT-
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