"He Aquí yo hago pacto delante de todo tu pueblo; haré maravillas que no han sido hechas en toda la tierra" (Éxodo 34: 10)
Dios nos ha dicho que Él hará cosas "que no han sido hechas en toda la tierra". El ha mantenido siempre esta promesa para con Israel y también lo puede hacer contigo hoy. Él hizo pasar en seco a través del Mar Rojo a Israel cuando eran perseguidos por le ejército de Faraón. También les hizo cruzar en seco el río Jordán para entrar a la tierra prometida (Canaán). Derribó las murallas de Jericó cuando los sacerdotes tocaron las trompetas al séptimo día de rodear la ciudad. Detuvo la marcha del sol por todo un día. Y eso fue sólo el principio de una serie de hechos maravillosos.
En el Nuevo Testamento, Dios también hizo muchos hechos maravillosos. Los hizo principalmente a través de su Hijo Jesús y sus discípulos quienes sanaban enfermos, aliviando el dolor y necesidad del pueblo. Jesús en muchas ocasiones hizo ver a ciegos, en otras oportunidades levantó de su lecho a paralíticos. Limpió a los leprosos. E incluso en tres ocasiones resucitó muertos.
Hoy, muchos no esperan ningún tipo de manifestación maravillosa o un milagro de parte de Dios. Es más, no creen que Dios pueda hacer algo. Seguro que la tecnología moderna ha sido capaz de hacer cosas que antes se consideraba que sólo un milagro lo haría, por esta razón los hombres se han divinizado a sí mismos, considerándose dioses. La ciencia ya puede explicar cosas que durante años nadie podía explicar su existencia. Esta realidad es tan fuerte que incluso quienes creen en las maravillas de Dios no esperan que estos ocurran.
Pero a pesar de vivir en la era de la incredulidad, donde no se acepta nada fuera de lo racional seguimos viviendo con las maravillas de Dios o comúnmente llamados milagros. El poder milagroso de Dios está activo y sigue moviéndose en el mundo de una manera impresionante más allá de lo que te imaginas. Si prestas atención y tu atención está bien despierta serás testigo de ellas. Considera que Dios es real y no depende de tu razón su existencia, Él es el que es y su grandeza siempre queda manifestada contra todos y sobre todos.
"Por el poder de Dios que obra en nosotros, Él puede hacer mucho más de lo que jamás podríamos pedir o imaginar" (Efesios 3: 20). Acércate a Dios a través de Jesús y verás lo cercano que está, lo interesado en ordenar, en rumbar, consolar, satisfacer y calmar tu vida. Él hará maravillas en ti. Junto a Jesús hay un lugar para ti.
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