Cuidando el físico... diviértanse

La hora en Lima

martes, 21 de septiembre de 2010

Las actitudes

MJ Más jóvenes... ¡¡¡Locos por Jesús!!!

Las palabras jamás pueden transmitir de un modo adecuado la importancia increíble que tiene nuestra actitud hacia la vida.


LA IMPORTANCIA DE LAS ACTITUDES
La actitud que hoy podemos tener es más importante que el pasado, la educación, los ahorros, los éxitos o fracasos, la fama o el dolor, lo que otras personas piensan de uno, las circunstancias o la posición personal.
Cuando tenemos la actitud correcta podemos hacer frente casi cualquier situación por más desafiante que parezca. Pero a pesar de esta realidad pasamos más tiempo concentrados en aquellas cosas que son secundarias. Detente y piensa en algunas cosas que consumen tu atención y energía.
• La hora
• Las acciones y reacciones de la gente
• El clima
• Quién gano o perdió el fin de semana
• El tráfico que nos toca pasar
• La radiografía que te has tomado
• Los precios de las cosas del mercado
• El trabajo acumulado, las molestias y desengaños del lugar de trabajo
La gran energía que malgasta ahora en plena época ecológica, no es la eléctrica, ni el gas natural, ni ningún otro producto, sino aquella que dedicamos a combatir lo inevitable.

EL VALOR DE LAS ACTITUDES: HABLAN LAS ESCRITURAS
Filipenses 2: 1, 2
¿Qué significa esto? En la persona de Cristo hay estímulo, amor y mucha “comunión del Espíritu” para el disfrute del cristianismo; así como afecto y misericordia. Esto es posible en la vida en esta tierra siendo “unánimes”. ¿Cómo es posible esto? Diciéndonos que tenemos el control de nuestra mente –un mandamiento sin lugar a dudas-. Los cristianos que edifican, fortalecen, animan y ayudan (tanto a nosotros como a los demás). “¡Háganlo!”… ordena el Señor.
La actitud de humildad desinteresada
Filipenses 2: 3, 4
Si queremos afirmar nuestro conocimiento sobre las actitudes, una buena forma de comenzar es con la humildad, una humildad auténtica y bondadosa.
Aquí nuestro ejemplo Filipenses 2: 5-8
Jesús escogió deliberadamente venir a habitar entre nosotros porque comprendía y valoraba nuestra necesidad; y atribuyó mayor importancia a ésta que a su propia comodidad o posición prestigiosa. El Señor, humildemente, puso a un lado la gloria del cielo y vino a morar entre nosotros; se negó a dejar que su posición nos mantuviera a una distancia prudencial.
La actitud positiva de ánimo
Filipenses 2: 14
No debemos engañarnos, la vida no es un lecho de rosas. Hay una infinidad de situaciones que nos desaniman y mellan nuestras actitudes. No podemos imaginar que ocurran; simplemente pasan. Creo que lo mismo pasaba en los tiempos de Pablo.
Conozcamos la actitud de gozo genuino...
Filipenses 3: 1ª; Filipenses 4: 1, 4-7
Aquí nuevamente aparece la mente. Nuestra mente debe permanecer libre de ansiedad para esto necesitamos descargar en oración ante el Señor toda preocupación y al deshacernos de las cosas que tiran de nosotros hacia abajo, dejamos sitio para que el gozo ocupe su lugar.
El gozo espera que tomemos una decisión. Si actuamos cómo se nos dice en la Biblia, la paz reemplazará al pánico y el gozo entrará en acción.

ALTERNATIVAS AGRESIVAS Y PASIVAS
Cuando en la vida decidimos cargar sobre nosotros el pesimismo adoptamos una de dos posturas o ambas: echar la culpa a otros o a algo; o la de compadecernos a nosotros mismos.
El culpar a alguien o algo
La actitud agresiva reacciona a las circunstancias haciendo a alguien o algo responsable: a uno mismo, a otros, a Dios… sino no hay un chivo expiatorio culpamos a la suerte… ¡Esto es realmente ridículo! Al responsabilizarnos a nosotros mismos no hacemos más que profundizar nuestros sentimientos de culpa, nos clavamos al pasado (sin poder cambiarlo) y disminuimos más nuestra autoestima.
Por otra parte, si decidimos culpar a Dios, nos desconectamos de nuestra única fuente de poder; entonces la duda suple nuestra confianza y echamos raíces de amargura.
En caso que culpemos a otros, alargamos la distancia con los demás; nos enemistamos; empezamos a dañar relaciones; nos contentamos con mucho menos de lo que Dios jamás quiso.
Echar la culpa a alguien o algo…
• Nunca afirma, sino que ataca;
• Jamás restaura, antes hiere;
• No resuelve cosas, las complica;
• Nunca une, sino separa;
• Jamás sonríe, antes frunce el seño;
• No perdona, rechaza;
• No olvida, sino que recuerda;
• Nunca edifica, antes destruye;
Hasta que no dejemos de culpar a otros, no comenzaremos a gozar de buena salud. El responsabilizar a alguien o a algo nos perjudica a nosotros mismos más que al objeto de nuestro resentimiento.
Compadecerse se sí mismo
Esto se ejemplifica en la famosa frase popular… “Nadie me quiere; todo el mundo me odia”. Veamos una historia bíblica al respecto: Hechos 16: 25, ante esta actitud sucedió lo impensado. Hechos 16: 26-28.
En hechos 16: 29-40 encontramos la maravillosa manera que Dios utilizó la actitud de los discípulos para cambiar la fisonomía completa de la situación.

ALIMENTANDO UNA ACTITUD CORRECTA
Filipenses 4: 8
Concentra tu atención en estos seis aspectos específicos de la vida:
• No pensar en sueños fantásticos e improbables, sino en lo verdadero y real;
• No pienses en cosas baratas, ligereas y superficiales, antes en aquello que es honesto –es decir, digno de respeto-;
• No pienses en lo malo, injusto, crítico o negativo, sino en lo justo;
• No pienses en cosas carnales, indecentes, obscenas, sino en lo puro y sano;
• No pienses en lo que incita a la discusión y la defensa de otros, sino todo lo contrario en aquello que es amable, agradable, atractivo y simpático;
• No pienses en cosas tales como calumnias, chismes y desaires, sino en lo que es buen nombre, edificante y hace que la gracia fluya.

¿Practicas tales cosas? ¿Este es el alimento que sirve a tu mente? Nadie puede hacerte de cierta manera eso depende estrictamente de ti, de las deciones que tomes respecto a las experiencias de tu vida.

No hay comentarios: