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La hora en Lima

jueves, 18 de febrero de 2010

Todos los hombres experimentarán satisfacción

MJ Más jóvenes... ¡¡¡Locos por Jesús!!!

"Y haré de ti una nación grande, y te bendeciré, y engrandeceré tu nombre, y serás bendición. Bendeciré a los que te bendijeren, y a los que te maldijeren, maldeciré; y serán benditas en ti todas las familias de la tierra" (Génesis 12: 2, 3).

Dios tiene un plan perfecto para la humanidad. Este consiste en hacer volver al hombre a su estado original, sin culpa o pecado. Para ello se reveló a Abram. Cuando Dios habló a Abram este no era justo o piadoso. Era un hombre común que vivía en medio de la idolatría. Pero en medio de esas circunstancias cuando Abram oyó la voz de Dios le creyó y decidió vivir en obediencia, y aunque le costó mucho entender, su vida nos señala su camino hacia la obediencia total, no haciendo lo que nos parece, que siempre sale mal, para dedicarnos a actuar exactamente como Dios manda. Es en este contexto que Dios le promete que haría de él una gran nación y por medio de este paso de obediencia todos los seres humanos podrían acceder a la satisfacción total de sus vidas.
Dios hizo una promesa de bendición para todo el mundo en la persona de Abram, esto es que todos los hombre podrían tener satisfacción en su vida si oyen lo que Dios dice. Estas bendiciones como la Biblia las llama llegan a todos los hombres de dos maneras:

1. Abraham (nombre que Dios le puso Abram como parte de su promesa) es el primer ejemplo para los hombres de lo que es creer, tener fe. Todo empieza en la obediencia, no en el sentir, sino en el oír y obedecer a la voz de Dios. Los descendientes de Abraham le honraron al hacerse llamar con el nombre de "hijos de Abraham", esto es porque oían a Dios y le obedecían. Pero esto no está circunscrito a los que desciende por sangre de la familia de Abraham, Pablo, el apóstol, dijo que cualquiera que tuviera la misma clase de fe que Abraham se convertía en un "hijo de Abraham".

2. Pero la más grande bendición que Dios nos dió a través de Abraham (esto era realmente el propósito de su promesa) fue el darnos a Jesús como el Salvador. Jesús nació en la tierra como parte de los descendientes de Abraham, en tal sentido era un "hijo de Abraham". Es así que Dios quitó o perdonó todos los pecados que habían en la vida de todos los seres humanos de todos los tiempos, eso nos incluye a quienes vivimos hoy, por medio de Jesús. Debemos creer en Jesús como nuestro único Salvador. No hay nada que hacer sino sólo oír a Dios y hacer lo que nos dice (Génesis 15: 6).

Si deseas conocer más hacerca de la fe busca los siguientes pasajes en la Biblia que tienes a la mano: Génesis 15: 4, 5; 17: 4-8; Lucas 1: 54, 55; Gálatas 3: 14, 29.

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