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lunes, 23 de agosto de 2010

La Biblia y su enseñanza sobre el dinero


MJ Más jóvenes... ¡¡¡Locos por Jesús!!!

CONOCIENDO SOBRE EL DINERO
Que importante es hablar del dinero hoy en día. Tal vez la gran mayoría pasamos la vida haciendo malabares. Sacando de aquí, jalando de acá, poniendo allá, etc. Ninguno de nosotros gana sueldos increíbles por jugar partidos, hacer películas, cantar canciones, la mayoría de nosotros entiende que la única forma de salir adelante es con un constante esfuerzo. No hay manera de vivir sino corriendo tras el trabajo.
No interpreten mal, no estoy haciendo una defensa a la codicia o a la adicción al trabajo. Menos aún es mi intención presentar una visión materiales de la fe. Como decía el ex campeón mundial de peso pesado Joe Louis: “En realidad no me gusta el dinero; pero tenerlo me calma los nervios”.
LA BIBLIA HABLA ACERCA DEL DINERO
La realidad es que la Biblia dice bastante sobre el dinero. Habla de ganarlo y gastarlo, de ahorrarlo y de darlo, de invertirlo e incluso de desperdiciarlo, pero en ninguna de sus declaraciones llega a sugerir jamás que proporcione la seguridad final.
Proverbios 23: 4, 5
Cuando las cosas desaparecen lo hacen para siempre.
Esto no quiere decir que le dinero sea malo; o todo el que lo posee es un malvado. “Dios no ama a los pobres y odia a los ricos”. Esta aseveración es falsa.
Dios aborrece la ganancia deshonesta, los motivos malos para hacerse rico, y la falta de generosidad compasiva de los que tienen.
Job, Abraham, José, David, Salomón, Josías, Bernabé, Filemón y Lidia es una pequeña lista de personajes rectos delante de Dios extremadamente prósperos.
UN ANTIGUO CONSEJO AÚN VIGENTE
1 Timoteo 6: 4, 5
“… toma la religión como fuente de riqueza…” (Versículo 5 final VP)
1 Timoteo 6: 6-10, 17-19 Este es uno de los pasajes más útiles en cuanto a las riquezas que nos presenta la Biblia.
Primero hay un recordatorio para quienes no tienen mucho dinero; luego se nos presenta una advertencia; finalmente, se nos da una instrucción.
Recordatorio para quienes no son ricos (1 Timoteo 6: 6-8).

Piedad aparece en el versículo 5 y 6. Aquí se nos da una premisa básica para la felicidad:
Piedad + contentamiento = Gran ganancia... En otras palabras:
Un caminar con Dios consecuente y auténtico + Una actitud de satisfacción y paz interior (vayan como vayan las finanzas) = Lo que constituye la gran riqueza
Lo que constituye la gran riqueza no guarda relación con el dinero. Se trata de una actitud de satisfacción (“ya es bastante”) unido a la paz interior (una ausencia de agitación) y un caminar con Dios día a día y momento tras momento.
En un mundo del más, más y más… empuja, empuja y empuja… agarra, agarra y garra, hace mucho que debería haberse puesto en práctica este consejo. El secreto dicho en una palabra, contentamiento.
Filipenses 4: 11, 12
El contentamiento es algo que debemos aprender, no es un rasgo con el que nacemos. ¿Cómo?
1. Una perspectiva actual de la eternidad: 1 Timoteo 6: 7.
2. Una simple aceptación de lo esencial: 1 Timoteo 6: 8
La felicidad nunca viene de lo externo… ¡jamás! Los griegos tenían frase célebre al respecto: “Para aquel para quien lo poco no es bastante, nada es bastante”
Advertencia para todos los que quieren hacerse ricos (1 Timoteo 6: 9, 10)
La palabra quieren del versículo 9, sugiere, más que una apetencia o un deseo (como le caso de un capricho pasajero), la firme resolución, la determinación inquebrantable.
Miremos a la gente de dinero hoy. En mi opinión no parecen tener mucha paz y calma. Proverbios 28: 20, 22, respuesta 1 Timoteo 6: 10. La afición (amor) al dinero, como una raíz es la base para todo género de males. El versículo describe a la persona que va tras el dinero como alguien que “lo ansía”. Los que viven así experimentan dos tipos de peligros:
• Espiritualmente se extravían de la fe.
• Personalmente, encuentran muchos quebrantos.
La Biblia da dos tipos de consejo: el preventivo y el correctivo. Este pasaje pertenece al grupo de los primeros. Son señales de advertencia como en los caminos.

INSTRUCCIÓN PARA LOS RICOS (1 Timoteo 6: 17-19)
Aquí hay tres porciones de consejo bastantes directos:
Las dos primeras negativas y la tercera con una nota final positiva.
• No seas altivo. Esto es difícil pero esencial. Altivo significa soberbio. La arrogancia y la segregación no caben en la vida de un cristiano rico. Tal vez sea la tentación más frecuente que se enfrenta la persona adinerada. Una de las mejores formas de enfrentar esto recordar que todo viene de Dios. Isaías 51: 1. La próxima vez que te encuentres tentado(a) a envanecerte a causa de tu propia importancia mira simplemente atrás: de qué poso fuiste sacado(a), eso tiene la virtud de desinflar el globo.
• No pongas tu confianza en la riqueza. Es una necedad confiar en las riquezas para nuestra seguridad, es que el dinero al postre no produce satisfacción duradera. Según este pasaje solo Él puede darnos “todas las cosas en abundancia para que las disfrutemos”. Séneca: “El dinero no ha hecho rico a nadie”.
• Sé una persona generosa. 1 Timoteo 6: 18, 19.

Los que luchan para vivir de sus ingresos nunca deben envidiar a los ricos y deben esforzarse por estar contentos con la vida tal cual es.
Una advertencia para quienes el conseguir dinero es un apremio: Ponte de acuerdo contigo mismo y ordena tus prioridades porque de lo contrario estar atrapado e infeliz en el mundo material es cuestión de tiempo. Mientras tanto perderás aquellas cosas que piensas que el dinero te dará.
¿Y a los ricos? Desecha la altivez. Nunca encontrarás seguridad definitiva en el dinero cultiva la generosidad y entra en contacto con la vida eterna.
Palabras de Jesús:
Marcos 4: 19; Lucas 12: 15, 34; Mateo 6: 24
Sólo para finalizar: ¿El dinero te tiene controlado, o tú tienes el dinero a tu control?

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