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La hora en Lima

jueves, 15 de diciembre de 2011

Dios te promete hacerte Santo

MJ Más jóvenes... ¡¡¡Locos por Jesús!!!


"Porque yo soy el SEÑOR su Dios. Purifíquense y manténgase santos porque yo soy santo". -Levítico 11: 44a- [PDT]


Estás en la definición del campeonato. El partido ha sido arduo y muy intenso. Las emociones están al tope. Todo ha sido parejo, por eso han llegado a esa instancia. Con angustia viste cómo el contrario se adelantó en el marcado faltando un minuto para que acabe el tiempo reglamentario, entonces haciendo un esfuerzo emocional se entregaron al último esfuerzo y empataron en tiempo compensatorio. Llegando así a los tiempos extras, los cuales fueron altamente emotivos como extenuantes. Los penales no han sido menos intensos, todos han sido precisos, salvo el último de la serie del contrario que tu portero contuvo de manera espectacular. Ahora está tú, la pelota y el portero contrario, los latidos de tu corazón van a mil por hora, todos tienen sus miradas y más que eso en ti, las esperanzas de alegría y de lograr el título al mejor equipo.
Colocas la pelota en el punto de penal, el árbitro da su conformidad, el portero ocupa su lugar y sólo quedan oídos para el pitido autorizando el tiro. Entonces es como si nada más existiese a tu alrededor, hay un silencio interior profundo que se interrumpe con el chillido del silbato del árbitro. Comienza la carrera interminable pero que dura segundos, mientras piensas y decides a qué lado colocas el balón, mientras ves los movimientos del portero contrario y entonces le pegas al balón y en milésimas de segundo ves el destino del balón... tu corazón revienta de emoción cuando ves cómo el balón besa la red con una suavidad que no refleja la fuerza y pasión con la que pateaste pero que la lleva a un rincón como testigo de la última jugada del campeonato. Entonces el narrador grita... <<¡¡¡SANTO CIELO!!!>> qué espectacular... son los campeones... <<¡¡¡SANTO CIELO!!!>>.
La gente -y no solamente los relatores deportivos- toma muy livianamente esto de la santidad y sobre quien es Dios. Hoy descubre lo que promete Dios con respecto a ser santo.
Primero, debes estar consciente que Dios es santo, y quien le sirve debe ser santo. El Salmo 111: 9 dice: "Dio libertad a su pueblo, hizo con ellos un pacto para siempre. Su nombre es santo y temible". Del mismo modo el Salmo 99: 5 nos dice: "Alaben al SEÑOR nuestro Dios y póstrense ante el estrado de sus pies; ¡Él es santo! Dios es un Dios de santidad, eso significa que no hay impureza en Él, que nada ni nadie lo puede contaminar y menos aún mellar en algo su majestad y singularidad.
Segundo, Dios desea que tú y todo el que se acerca a Él sea santo. Ojo, no te estoy hablando de golpearte el pecho o tener una aureola. El deseo de Dios es tu santidad para que te parezcas a Él (Efesios 5: 1).
¿Quieres ser como Jesús? ¿Hablar como Él? ¿Actuar como Él? ¿Pensar como Él? Esto es lo que significa ser santo: dedicarte a Dios y vivir en esta tierra obedeciendo su Palabra, la Biblia.
Al conocer a Dios y pasar tiempo con Él, a través de la lectura bíblica, la meditación de ella y orando a Dios podrás tener la oportunidad de conocer a Él. Dios determina que así le conozcamos de modo talque tu acercamiento a Dios lo hagas tú personalmente y de manera particular.. No hay nada más grande que pasar tiempo en la presencia del Todopoderoso Dios, creador de todo cuanto existe, y de manera especial tu creador. Dedica tiempo a estar en su presencia, déjate encontrar por Él, Dios da la iniciativa y te busca para que le conozcas. Hoy es tiempo que lo encuentres y te dejes guiar por Él. Él es el único santo. "Yo te agradeceré al son del instrumento de salterio, por tu fidelidad, Dios mío; a ti, Santo de Israel*, te alabaré
tocando el arpa" -Salmo 71: 22-. No temas y acércate a Dios, Él desea hacer de ti un(a) santo(a).


Si deseas aprender más del tema puedes buscar en tu Biblia en Levítico 20: 7; 1 Pedro 1: 15, 16. Medita y conoce a Dios verás que te da una vida plena y sobre todo libre.

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