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La hora en Lima

lunes, 29 de abril de 2013

La promesa de Dios de castigar el pecado

MJ Más jóvenes... ¡¡¡Locos por Jesús!!!




»Pero si ustedes no me obedecen, ni ponen
en práctica todos mis mandamientos, sino que
rechazan mis leyes y mandatos, y no cumplen
ninguno de mis mandamientos, rompiendo así
el pacto, entonces yo les haré esto:
»Haré que a ustedes les sucedan grandes
desgracias, enfermedades y fiebres. Esas enfermedades
destruirán sus ojos y les quitarán la
vida. No les servirá de nada sembrar porque sus
enemigos se comerán lo que ustedes produzcan.
Me pondré en contra de ustedes y sus enemigos
los derrotarán. Los gobernarán aquellos que
los odian y ustedes vivirán tan asustados que
correrán aunque nadie los esté persiguiendo.
»Y si después de todo esto siguen desobedeciéndome,
entonces yo seguiré y los castigaré
siete veces por sus pecados.
Levítico 26: 14-18 (PDT)

¡Tremenda palabra! Es para no creerlo frente a tanta enseñanza sesgada o parcial acerca de Dios y su carácter. Muchos enseñan lo que les conviene con tal de tener varios seguidores o llenar un lugar determinado. Aquí buscamos que sigas a Jesús y sólo a Él, ser un apasionado de Él y ser capaces de pagar el costo cualquiera que este sea con tal ser fieles al Camino.
Dios realmente toma en serio el pecado, no se hace de la "vista gorda" para obviarlo o no considera una minucia sin importancia. Dios desea que obedezcamos sus leyes o mandatos. Los mandatos de Dios han sido dados para guiar nuestra vida por el plan original que Él trazó antes que el pecado malograra nuestro existir. En realidad sus mandatos son una guía de vida y no una lista de límites.
Dios nos ha creado y diseñó nuestras vidas en cada detalle (Mateo 10: 29-31). Por eso es quién mejor sabe cómo debemos vivir. Si deseas puedes pensar en Dios como "el fabricante". El fabricante conoce profundamente su producto pues lo ha diseñado minuciosamente y conoce su funcionamiento a la perfección. Conoce del mismo modo en qué punto su producto puede colapsar y echarse a perder. Violar esas normas de correcto funcionamiento malogran el producto.
Podemos decir que el mal uso del ser humano es lo que la Biblia llama pecado. Es cualquier distorsión al diseño original que fue hecho bueno en gran manera.
Dios castiga el pecado por la misma razón que un padre justo y dedicado castiga al hijo desobediente. O del mismo modo que el fabricante saca de circulación el producto defectuoso.
Pero no confundamos, todo pecado trae sus consecuencias, estas son inevitables pues se dan naturalmente por haber cometido la falta. Aparecerá necesariamente porque se ha salido de la las instrucciones de Dios, entonces los resultados de eso son nefastos.
Del mismo modo Dios castigará necesariamente a todo aquel que ha estado violando como estilo de vida los mandatos de Dios. Quienes no han tomado en cuenta la dirección de Dios y las advertencias que ha hecho en su Palabra sobre el peligro de no obedecerle. Esto nos debe alertar a considerar cómo es que vivimos y decidir andar por la senda de Dios de modo tal que podamos vivir en libertad sin consecuencias nefastas que destruyan la posibilidad de vivir la abundancia de vida que Dios desea que tengamos. Pero recuerda, Dios no da por justo al pecador o por inocente al culpable, ¡¡¡Jamás!!!

Si deseas aprender más del tema o profundizar sobre esta enseñanza puedes consultar también: Salmo 89: 32; Lamentaciones 4: 22; Oseas 9: 9; Nahum 1: 3; Gálatas 6: 7-9.

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