Perseverar

MJ Más jóvenes... ¡¡¡Locos por Jesús!!! Sabes, cada creyente tiene una demanda, practicar lo que cree. La vida no es más que perseverar a través de las presiones.

La razón por la cual tantos jóvenes son infelices hoy y buscan ayuda o cualquier escape mediático para hacer frente a la vida es que no entienden en qué consiste la existencia humana. Se nos dice que vivir es tener la mayor cantidad de cosas, otros consideran que es lograr el mayor placer, para otros es el cultivar el pensamiento, así podemos nombrar la fama, el desenfreno y tantos otros caminos como gente hay, todos con algo en común... ninguno satisface y no le da sentido a tu vida.

Mientras no reconozcamos que la vida no es sólo algo para disfrutar, sino más bien una tarea que a cada uno se nos asigna de manera particular, nunca hallaremos significado a nuestra vida, y nunca seremos verdaderamente felices.

La vida es una tarea. Una tarea verdaderamente muy dura. Algunas veces casi insoportable.

Algunos días hacemos bien con sólo sobrevivir... sin decir ni hacer nada sobresaliente. Por esta razón, la perseverancia se hace esencial para vivir: resulta la única llave que abre las puertas de la esperanza. Por medio de la perseverancia el carácter se edifica, se produce un carácter fuerte y sólido que origina esperanza.

La Biblia dice en la voz de Pablo: "... también nos gloriamos en las tribulaciones¨(¿por qué?), sabiendo que la tribulación produce paciencia; y la paciencia, prueba; y la prueba, esperanza (Romanos 5: 3, 4); La Biblia en la versión NIV dice: "Nos gloriamos en nuestros sufrimientos, porque sabemos que el sufrimiento produce perseverancia; la perseverancia, carácter; y el carácter, esperanza".

¿Por qué continuar perseverando en un mundo como el actual? ¿Por qué permanecer firmes contra las fuertes corrientes de la tentación, del temor, de la ira, de las pérdidas, las imposibilidades? ¿Por qué luchar contra nuestras limitaciones? ¿Por qué dominar mi complejo de inferioridad? ¿Por qué seguir esperando? ¿Por qué? Te diré por qué. Porque ese es el terreno real donde somos forjados y formados, donde templanos nuestro carácter y somos pulidos verdaderamente en lo que somos. Por el hecho que allí es donde a la vida de Jesucristo se le da la máxima oportunidad para reproducirse en nosotros, de reemplazar una delgada y frágil religiosidad interna por un conjunto de convicciones firmes y confiables que nos capaciten para manejar la vida, en vez de escapar de ella.

Por el hecho que la vida es una tarea, necesitamos fortaleza para enfrentarla, no velocidad para huir de ella. Cuando se conmueven los fundamentos, cuando los amigos, incluso los buenos o los cristianos, aún los líderes, son inmorales, cuando perdemos el sustento de la vida y los golpes brutales intentan lanzarnos al rincón de la duda y la incredulidad, del rencor y la angustia, necesitamos lo que nos ofrece la perseverancia: disposición para aceptar lo que venga, fuerza para hacerle frente, determinación para estar firmes y discernimiento para ver la mano del Señor en todo ello.

Sin la perseverancia, tropezamos y caemos. Y Dios se apesadumbra.

Con la perseverancia, sobrevivimos y vencemos. Y Dios es glorificado en tu vida.

Entrégale tu vida a Jesús y verás que encontrarás el sentido a tu vida que tanto anhelas y lograrás la fuerza para enfrentar a los gigantes que día a día se presentan delante tuyo.