Cuidando el físico... diviértanse

La hora en Lima

miércoles, 4 de noviembre de 2009

Un consejo a los hombres

MJ Más jóvenes... ¡¡¡Locos por Jesús!!!

El amor no se puede tener como un objeto que se mete al bolsillo. El amor hay que ganárselo siempre de nuevo.
Recuerda que el que ama no está solo. La persona amada siempre está presente. El que ama no quiere ser el centro de interés de su propia vida. Acepta que sea el otro el que ocupe ese puesto. Se encuentra enriquecido y más feliz. Se entrega y se libera. Es como una mano que se abre para recibir. El que ama tiene el valor de llegar a ser la persona que necesita el otro.
Las mujeres necesitan más que nada la certeza que el hombre la necesita. ¿Cómo se la puedes dar? No te canses de decirle que la amas y lo necesaria de su presencia en tu vida. La mujer no puede vivir sin oír esta oración. Debes tener el valor de llegar a ser alguien que tiene necesidad de otro.
Una chica se inquieta cuando el muchacho considera su amor evidente, sin tomarse el trabajo de decirle que la ama.
El amor de una mujer es diferente al de una madre o al de un hermano. Para que el amor de una mujer se pueda expresar plenamente debe ser una respuesta al tuyo.
Pablo le escribe a los de Éfeso: “Maridos, amad a vuestras mujeres como Cristo amó a su iglesia”. Nosotros amamos a Cristo porque él nos amó primero. Nuestro amor es la respuesta a su amor desbordante. Es curioso que Pablo no exhorte nunca a las mujeres a amar s sus maridos…
No debemos pensar sólo en el amor físico. No puedes convencer a una mujer de tu amor simplemente abrazándola o acariciándola, eso muchas veces le hace pensar que es un objeto o sólo la buscas para eso. Las caricias permanecerán vacías e incluso, le repugnarán, si no son la expresión de tu ternura hacia ella. Ella quiere sentir cómo tu corazón busca el suyo; que es a ella a quien amas a través de la gracia de su cuerpo.
El hombre es su cuerpo. Tu cuerpo eres tú. En cambio, la chica se siente como vestida por el cuerpo. Las mujeres experimentan que su cuerpo no es todo sus ser. Quieren ser amadas por sí mismas y no por la belleza de su cuerpo.
Por eso para la mujer son menso importantes las caricias del hombre que su comportamiento general para con ella. Si el hombre es amable, si estás presto para ayudarla, si le das pase primero, esas cosas pueden significar mucho más que un beso. Una mujer casada hizo este comentario: “Si mi marido me dijera “gracias” una vez tan sólo por cualquier gesto y no sólo cuando le preparo algo especial, vivirían con una mejor actitud”.
Para una mujer es como una herida cuando eres más amable con cualquier otra que con ella. Pensará entonces que la consideras como un bien que no perderás nunca y por el cual no tienes necesidad de hacer ningún esfuerzo.
Los hombres deben ser prudentes cuando hablan. Deben saber escuchar con amor y no sólo con paciencia. Lo esencial para ti no es tu felicidad sino que ella sea feliz; no que tú seas comprendido, sino que la comprendas.

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