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lunes, 26 de abril de 2010

El derecho a vivir 2

MJ Más jóvenes... ¡¡¡Locos por Jesús!!!

Frente a la indolencia con que el ser humano trata el tema del aborto, debemos de resaltar el verdadero tema, la vida; mientras no tengamos cabal conciencia del valor de la vida no podremos apreciar correctamente el significado cruel e inhumano del aborto.
En el Nuevo Testamento encontramos la historia del Señor Jesús y de su nacimiento. ¿La recuerdas?
Mateo 1: 18-23
Lucas menciona más tarde lo que se estaba formando en el vientre de María, era en realidad “lo santo que nacerá”, no eran simplemente tejidos fetales (Lucas 1: 35). Luego María fue a visitar a su parienta Elisabeth, ¿sabes lo que ocurrió dentro de Elisabeth, quien estaba embarazada? (Lucas 1: 41). Los bultos o masa no saltan ni expresan vida.
Hay un montón de evidencia científica que determina que el feto tiene vida, una vida separada de la madre y que ha sido creada por Dios. Haya sido o no que la futura madre planeara o esperara quedar embarazada, lleva dentro de su vientre una vida que tiene tanto derecho a vivir antes de nacer, como el que tiene el niño después de haber nacido.
Hoy en día se habla de la preferencia del derecho de la mujer (mejor no decir madre) por encima del ser que su vientre alberga. Dando el parecer que la única persona responsable de la concepción de esa vida es la mujer embarazada.
Muy frecuentemente las parejas hoy en día tiene relaciones sexuales una y otra vez usando o no métodos anticonceptivos y no quedan embarazadas. Y entonces, un día, el Dios soberano hace que la vida sea concebida. De la misma manera que la pareja no puede decir que tiene el poder creativo para comenzar la vida en el vientre de la mujer, no puede decir que tiene la autoridad final para terminarla.
¿Qué si la vida de la madre está en peligro? La incidencia de estos casos es tan bajo, que su importancia es insignificante para que se use como argumento para apoyar el aborto.
Historia de una chica…
Primer encuentro: “Él me besó, y me derretí”.
Segundo encuentro: “Cuando me acarició, el corazón comenzó a latirme apresuradamente”.
Tercer encuentro: “Con su abrazo me hizo bullir la sangre”.
Cuarto encuentro: “Me venció la pasión. No pude decirle que no”.
Quinto encuentro: “Bueno, ahora estoy embarazada y quiero hacerme un aborto”.
Último encuentro: “Después de todo, una mujer debe decidir en lo referente a su cuerpo”.
Si se actúa de manera irresponsable antes del embarazo, lo más probable es que después del embarazo se actúe también de manera irresponsable.
Aquí tal vez será importante presentar el silogismo lógico que surge de la Sagradas Escrituras:
Primero: Dios distingue la vida humana como especial y valiosa porque posee la imagen de Dios.
Segundo: En vista que esto es verdad, Dios ordena que la vida de todos los seres humanos sea preservada y protegida.
Tercero: La vida del ser humano comienza dentro del vientre de la madre en donde Dios, personal y soberanamente, supervisa el desarrollo y maduración del feto antes de nacer.
Cuarto: Por lo tanto, puesto que es la voluntad de Dios que se proteja la vida de cada niño después de nacer, ciertamente es su voluntad que también la preservemos y protejamos al niño en su estado prenatal.
El hecho que hoy estés leyendo estas palabras es porque una madre decidió aceptar la soberana voluntad de Dios, y tuvo el deseo que tener un hijo, te dio el privilegio de tantas experiencias que te han traído hasta hoy, aquí. Has experimentado una serie de sentimiento y desarrollado tus pensamientos, esto es lo que se hubiera quitado de la realidad si hubieran atentado contra tu vida mientras estabas en el vientre de tu madre. En este mismo momento miles de padres sobre esta tierra están quitando el derecho que Dios le ha otorgado a criaturas indefensas en el vientre de su madre para reír, crecer, y enfrentar el desafío de vivir y superar etapas. El aborto termina abruptamente con todo esto.
ALGUNAS SUGERENCIAS
1. Busca organizaciones que apoyan la vida y pregunta como colaborar.
2. Nunca dejes desamparadas a madres solteras en estado de necesidad.
3. Practica en tu vida privada lo que declaras en público. Sé un ejemplo de pureza moral. Abstente de tener relaciones sexuales fuera del matrimonio. Si descubres que estás embarazada acepta lo que Dios crea y si no te encuentras capaz de atender a tu hijo dalo en adopción.
4. Ora. Ora intensamente para que el aborto no sea legalizado en el Perú y ruega por los legisladores para que no pasen ninguna iniciativa al respecto.
Finalizo con una oración de una madre: Vamos a tenerte porque creemos que Dios es más grande que nuestros planes y derechos. Creemos que el plan de Dios, aunque sea misterioso, vale mucho más y es mucho más importante que los inconvenientes consecuencias de malas decisiones.

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