Cuidando el físico... diviértanse

La hora en Lima

viernes, 18 de septiembre de 2009

Necesitados de consejo


MJ Más jóvenes... ¡¡¡Locos por Jesús!!!

Siempre cometemos el mismo error: el de no preguntar. No queremos saber demasiado. Tenemos miedo a que nos aplaste la carga del conocimiento y de la verdad. Tenemos miedo a la responsabilidad, al llamado del hermano preguntando por uno de manera personal. No deseamos saber pues eso demanda una respuesta consciente a la obediencia, nos quita el velo y nos exige hacer lo correcto. Nuestra lucha aquí es contra la rebeldía que querer hacer lo que nuestros sentidos demandan por encima muchas veces de lo correcto.
El verdadero amor no conoce la pereza. Deberíamos tomarnos la molestia de buscar, en cada caso, una nueva solución que fuera conforme con la voluntad de Dios; ese es el trabajo difícil del amor.
Una vez hablamos sobre si un hombre puede amar a muchas mujeres a la vez. Eso es imposible: o bien no tienes ninguna relación con quien llamas tu mujer o tienes una a quien preferirás por encimas del resto. De todas maneras el resultado será siempre el mismo, miseria y vacío, los celos y el odio. La Biblia deja este asunto bien claro cuando describe los inconvenientes de la poligamia.
No importa la confusión en que vivas, sea en tu familia de origen y no obstante los errores que tengas del evangelio por una mala experiencia o ignorancia de lo que es, Dios te quiere llevar de la mano hasta que conozcas y sigas el plan de Salvación que Cristo logró en la cruz al morir por ti. Ante todo y contra todo te escogió y te llamó a su reino.
Dios ha estado presente a lo largo de toda tu vida. Estaba presente en el sufrimiento de tu madre y el olvido de tu padre. Estaba presente cuando experimentabas el abuso, la injusticia o el despreció ¿Cómo? ¿Dónde?
Jamás Dios te abandona, tu vida nunca estuvo al azar. A pesar de tu desobediencia e infidelidades, a pesar que niegues, reniegues o te olvides de Dios, Él jamás se quedó tranquilo ni perezoso. Aún cuando todos se vuelvan infieles, Él permanece fiel. Ha dirigido tu vida de acuerdo a tu carácter y dureza de corazón para que hoy puedas reflexionar y entender que necesitas de Dios porque la vida sin Él es un caos y no tiene sentido y menos aún esperanza.
A veces Dios nos deja si soluciones. Tan solo nos indica el primer paso que dar. El Salmo 119 dice: “Lámpara es a mis pies tu palabra, y lumbrera a mi camino” (v. 105). Dios no promete una luz que ilumine toda la carretera, nos promete tan sólo una lámpara que dará luz a mis pies y donde ellos pisan un paso a la vez. Es interesante que no ilumina lejos, solamente un trocito. Todos los caminos comienzan con un primer paso.
Las mujeres por su naturaleza piensan con el corazón y no con la cabeza. Incluso en las cosas prácticas, tienen más imaginación que los hombres. La fantasía es hija del amor.
Una de las experiencias del amor real, es el deseo de dar lo mejor para el otro y demandar ayuda, ese amor reconoce su necesidad de consejo y dirección por parte de quienes tiene más experiencia, busca conocerla vida de quienes pudieron llevar el amor correctamente y enmendaron sus errores. En el verdadero amor las palabras muchas veces parecen demasiado pequeñas, incluso pudiéramos decir que son mezquinas en su contenido para describir lo que es el amor. Parecen limitadas frente a todo lo que el corazón anhela expresar sobre el amor.
Por esta razón la necesidad de llenarnos constantemente con la Palabra de Dios, hacer de ella nuestra fuente de vida pues en ella encontramos a Jesús nuestro Salvador y entendemos que no podemos y sólo si dejamos que su Espíritu Santo nos controle podremos reconocer el camino correcto que Jesús es y entregarnos a la causa de Dios, del reino de Dios.
Dejando así la vida egoísta y disponiéndonos a aprender a vivir. Esto no es sencillo, sobre todo cuando hoy en día se ha confundido lo sensorial con la amistad; el sexo con amor; el deseo con el compromiso. El amor es trabajo, esfuerzo, verdad y renuncia personal.
Ese amor sólo está en Jesús, el poder para amar de verdad y recibir el amor verdadero.
“Y nosotros hemos conocido y creído el amor que Dios tiene para con nosotros. Dios es amor; y el que permanece en amor, permanece en Dios, y Dios en él”
(1 Juan 4: 16)

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