Cuidando el físico... diviértanse

La hora en Lima

miércoles, 10 de junio de 2009

CONOCIENDO SIN PROBAR...

MJ Más jóvenes... ¡¡¡Locos por Jesús!!!

¿Cómo saber si soy bueno en el sexo sino pruebo? Esta es la pregunta típica del macho o de la mujer ¿libre? Hoy en día.

Frente a este pensamiento hay innumerables mitos basados en falsas apreciaciones o en falacias. Algunos asemejan la vida sexual a una clase de química: “No se lo que he hecho en la clase de química sino lo experimento”. En la vieja África hay un dicho nativo: “Hay que afilar la lanza antes de cazar”. Entonces viene la pregunta: ¿Te imaginas la noche de bodas sin saber que hacer? O la pregunta más acorde en tiempos actuales… ¿te imaginas cuando te acuestas con quien amas y no sabes qué hacer?

Podemos responder estas interrogantes con una extraña comparación que la Biblia hace en Cantares 8: 6: “… Porque fuerte es como la muerte el amor;…”. Aunque duerma profundamente no puedo probar la muerte, es imposible que por cualquier medio experimente la realidad de la muerte sino por la muerte misma. En ese sentido tampoco puedes probar el amor con una experiencia sexual. Puedes tener el sexo desenfrenado que quieras o de la manera que quieras fuera de su lugar y jamás habrás probado el amor. ¿Cuál es la razón? Qué las condiciones para que el sexo esté cargado de amor única y exclusivamente se dan dentro del matrimonio según la Biblia. Fuera del matrimonio es cualquier cosa menos hacer el amor.

Te planteo las cosas de otra manera. En un salto de paracaídas unos 5 a 10 metros no son suficientes para que el paracaídas se abra. Inevitablemente te romperías la cabeza o cualquier otra parte del cuerpo. Sólo puedes probar el paracaídas saltando del avión.

Del mismo modo no se puede probar el sexo fuera del matrimonio en su justa dimensión y como significado del amor, puesto que es parte integrante de este.

Sexo sin compromiso o con un compromiso frágil o romántico nos permite probar el funcionamiento físico de tus órganos sexuales pero no es precisamente el funcionamiento lo que importa sino el contenido o fundamento que una relación entre hombre y mujer tienen.

El sexo dentro del matrimonio tal como ha sido diseñado por Dios demanda antes que todo una compenetración espiritual, una unión que va más allá del hecho físico, tiene que ver con conocerse tal cual son sin que la pasión intervenga, luego entonces una vez hecho el compromiso formal se hace que los corazones se entrelacen y queden afectados por siempre con el acto sexual.

Aquí una vez más permíteme una comparación. En una orquesta primero se afinan las cuerdas, se empieza usualmente por los violines y luego se pasa a las flautas… finalmente, se procede a afinar las trompetas y timbales. Esto se debe al sonido que emiten, pues si se empezara por estos su música impediría afinar los primeros.

Del mismo modo en el matrimonio hay que afinar primero la compenetración espiritual (violines y flautas); para luego poner en funcionamiento las trompetas y timbales de la sexualidad. Es la compenetración lo que hay que cuidar antes del matrimonio y no la experiencia sexual.
Acostándote con quien sea tu enamorado(a) de turno, o tu pareja como tristemente se les llama ahora, o menos aún, tu compañero(a) de salida, o amigo(a) cariñoso(a) lo único que logras es despilfarrar tus capacidades físicas y sobre todo emocionales. Desgastas no sólo tus capacidades del cuerpo, sino la capacidad de amar con tu alma. Lo que hay que tener miedo no es el debilitamiento del órgano sexual, sino el raquitismo de amor con que el corazón queda. Cada día amas menos porque cada día arrancas sentimientos y razones por asumir el sexo tan sólo como un acto o hacerlo un catalizador de conflictos.

Vivir una relación de enamorados es la acogida del “tú” en el “yo”, y el caminar de la pareja hacia la unidad de la carne que se da dentro de la protección emocional y formal del matrimonio.

Aventuras sexuales entre un hombre y una mujer antes del matrimonio puede habituarte a cometer faltas de las que muy difícilmente podrías librarte más tarde. Te hace un ser insensible que busca su satisfacción, y si no la tiene donde “tiene derecho” la busca donde puede conseguir lo que quiere (acción totalmente egoísta).

La conducta antes de casarse influencia directamente la vida de hogar que llevarán una vez que sean esposos. El que aprende a disciplinarse en su vida sexual antes del matrimonio independientemente si tiene o no enamorado(a) y hacerse responsable plenamente de su actos, sabe con facilidad resolver las cuestiones que se plantean en el matrimonio.

La intención de parte de Dios no es privarte de placer sino el proteger tu felicidad. Si cortas las flores del naranjo, no conocerás nunca el sabor de sus frutos. Del mismo modo si cuidas tu vida sexual cuando no tienes un compromiso matrimonial estás construyendo tu felicidad para tu vida matrimonial. Ser feliz no se relaciona directamente con el probar sino con el esperar y dar el correcto lugar a la experiencia sexual segura y plena.
Dice un viejo proverbio: “El que quiere enriquecerse demasiado, se empobrece con frecuencia”.
Pero el evangelio nos dice palabras eternas: “En el amor no hay temor, sino que el perfecto amor echa fuera el temor; porque el temor lleva en sí castigo. De donde el que teme, no ha sido perfeccionado en el amor”. -1 Juan 4: 18-

El verdadero amor sólo lo podrás tener y experimentar si Jesús es el Señor de tu vida. Si te arrepientes del pecado que llevas y decides vivir de acuerdo al orden de Dios revelado en la Biblia.

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