Cuidando el físico... diviértanse

La hora en Lima

viernes, 19 de junio de 2009

¿Se puede amar a muchas chicas a la vez?


MJ Más jóvenes... ¡¡¡Locos por Jesús!!!

“En el amor no hay temor, sino que el perfecto amor echa fuera el temor, porque el temor lleva en sí castigo. De donde el que teme, no ha sido perfeccionado en el amor”.
1 Juan 4: 18

La respuesta clara y contundente a esta pregunta es ¡NO! Pero aquí hay que hacer una precisión sobre lo que consideramos amor. ¿Qué es? ¿Es sexo? Si hablamos a este último nivel, el físico, sí es posible tener sexo con muchas chicas a la vez o con muchos chicos a la vez. ¿Pero esto habla de nuestra real capacidad de amar? El amor que el evangelio nos enseña (La Biblia), implica un compromiso serio, real y permanente. Amar para la revelación divina implica el corazón en principio para llegar al cuerpo.
Amar es responsabilidad total, esto es no tener más de una mujer a la vez o si lo vez del otro lado no tener más de un chico a la vez. Aquí quiero presentarte una realidad bíblica que tal vez por temor no ha sido enseñada pero que no mella en nada el deseo de Dios y su complacencia con lo ordenado por Él. La Biblia en su presentación de la verdad no prohíbe la poligamia, pero a su vez enseña de manera clara y sin tapujos los problemas de la misma.
En el libro de Génesis encontramos dos casos de poligamia como ejemplo: Abraham y su nieto Jacob, estos dos como todos los demás a lo largo de las Escrituras están llenos de celos, luchas sordas, injusticias, odios, trampas, tanto en la vida de las mujeres como en la relación del padre con sus esposas e hijos. Para detallar mejor este cuadro en la lengua semita la palabra que se usa para nominar a la segunda esposa significa literalmente rival o adversaria; en el África, en el país de Ghana, a la segunda esposa se le llama “la celosa”. Es muy interesante que en la misma experiencia humana notamos que la poligamia trae problemas en la misma realización de la familia y más un de la vida en el hogar. La Biblia no oculta nada de esto sino que lo presenta descarnadamente y con todas las consecuencias fatales que dicha vida familiar produce.
En la Biblia en lugar de lanzar una prohibición hacia la poligamia lanza una afirmación clara de lo que es el matrimonio para el hombre. Entendemos entonces que esto es lo aprobado por Dios. El descubridor del matrimonio es el hombre y es él quien pone las bases sólidas para su realización. En Génesis 2: 24, el hombre afirma que matrimonio es dejar a los padres y tanto el hombre y la mujer unirse públicamente con todas las formalidades para formar un hogar. Los dos se vuelven uno. En tal sentido quien practica la poligamia si tiene matrimonio según la ley que le proteja, pero en la trascendencia del mismo se encuentra violentando el serán una sola persona pues en la práctica se vuelve inviable al ser ese matrimonio compuesto por más de dos, y por lo mismo no puede ser imagen de Dios, posesión divina, ni el espejo mutuo del hombre y la mujer, el mismo que refleje el amor perfecto de Dios. Sólo la monogamia es el testimonio del amor divino.
Si es tu deseo es prepararte para el matrimonio, entonces debes prepararte para el amor perfecto. En tal sentido no te debes guiar por el miedo sino por el amor.
El temor a los amigos, a no ser hombre o mujer, a ser anticuado(a) no pueden determinar las decisiones que tomes con relación a tu vida sexual. Debes decidor por ti y en función de lo correcto, de la verdad.
Si te encuentras viviendo en soledad este tiempo de decisiones o situaciones incontrolables resulta un problema pues es muy importante abrirse a un hombre maduro, experimentado en la vida de casado y digno de confianza, del mismo modo si eres mujer busca a una mujer con las mismas características.
Dentro de esta experiencia los jóvenes de ambos sexos callan muchas veces sus cosas por el temor a la burla pues este temor es mucho más fuerte que cualquier otro temor. Aquí viene otra gran pregunta: ¿Cómo puedo llegar a ser hombre y tener la reputación sin actuar? ¿Acaso no pensarán que soy “gay”? De manera similar las chicas pueden pensar sobre su sexualidad y capacidad de amar o agradar a otros.
En realidad tener que probar ser hombre es en realidad ser “maricón”, así de claro. Y en el caso de la chica, tener que probar de esta forma ser mujer es una clamorosa falta de amor.
El hombre que sabe lo que quiere, toma una decisión y cumple con su compromiso. Pero actuar contra la propia voluntad es ser débil. En tal sentido algunas decisiones de la vida te alejan de compañeros porque por encima de cualquier sentimiento está la convicción personal. El verdadero hombre se domina.
El hecho de vivir para satisfacer cualquier deseo te vuelve indolente. El desenfreno no demuestra nada, en cambio el dominio propio te muestra hombre. Aquí te va una ilustración: “Para manejar un carro correctamente hay que dominar el freno y el volante. Para ser verdaderamente hombre debes saber dominar tus instintos y dirigir por ti mismo tu vida. En la medida que domines el deseo sexual conseguirás la capacidad de amar con el corazón y descubrir el amor del alma. El arte de amar como cualquier arte no puede ejercerse sin disciplina, este sacrificio es el que verdaderamente le da significado y profundidad al mor verdadero. El resto es un simple garabato. En este contexto el instinto sexual es un instrumento de unión, esto es, con la protección de la forma legal producto de un compromiso de dos almas de amarse que lo sellan con una unión física en el auténtico acto de hacer el amor, dentro del matrimonio tal cual la Biblia lo enseña.

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