MJ Más jóvenes... ¡¡¡Locos por Jesús!!!
Tal vez la gran pregunta para quién nunca ha pasado por la experiencia de abortar o hacer abortar a alguien es… ¿cómo alguien es capaz de hacerse un aborto? O si has pasado por esta experiencia te preguntarás… ¿cómo pude hacerlo?
Lo que deseo que comprendas con las siguientes líneas es:
Primero, no soy condescendiente respecto al aborto. Pero debemos ser compasivos y muy afectuosos con quienes están viviendo una situación límite.
Segundo, mi deseo es que quien ha practicado un aborto en su cuerpo (o quien ha aconsejado a una mujer a hacerlo), comprenda cual es la respuesta de Dios. La vida no sólo puede continuar, sino que debe continuar. Vivimos en un mundo imperfecto. Diariamente se manifiesta la desobediencia. Exigir la perfección de parte de otros, o de nosotros mismos, es exigir una utopía. Si algo he aprendido como pastor es que el pecado ocurre constantemente y de formas inimaginables. En las vidas de otros, y en la mía propia se manifiesta la desobediencia. Hasta las personas buenas y prudentes obran de manera irresponsable después de haber tomado malas decisiones.
Algunas verdades extraídas de la Palabra de Dios
Deseo tomar cinco declaraciones bíblicas, que con toda seguridad podrás confiar y actuar de acuerdo a ellas. Estas verdades no se limitan al pecado del aborto, pero sin duda lo incluyen.
Todos somos culpables Romanos 3: 23
Primero. Todos hemos pecado. Incluso los hombres y mujeres devotos a Dios, rectos y bien intencionados, pecan de vez en cuando. No dejaremos de pecar hasta que seamos sacados de este mundo, y glorificados estemos en la presencia de Dios por la eternidad. Mientras tengamos esta vida terrenal, mientras estemos respirando este aire, continuaremos desobeciendo a Dios.
Todos estamos incluidos, sin excepción Salmo 14: 2, 3
Todos conocemos la terrible experiencia del fracaso, de hacer lo malo, y de la desobediencia. Es una experiencia a largo plazo durante nuestra vida. Considera lo que dice el Salmo 58: 3
Es interesante observar que a ningún niño se le enseña a desobedecer. Pero su naturaleza le lleva a la desobediencia y a actuar contra el orden. Todos pecamos. Lo hemos hecho, lo hacemos, y lo seguiremos haciendo. El pecado es pecado, y todos lo hemos cometido.
Segundo. Dios se entristece por causa de nuestra desobediencia, pero no se sorprende. No tiene un contómetro o pecámetro para catalogar la gravedad de tu falta, lee bien para Dios todos los pecados son iguales, no hay distinción alguna. Dios ve el acto pecaminoso y lo condena. No se sorprende de nuestro pecado por que vivimos separados de Él, es decir bajo le poder de la oscuridad sin opción a hacer buenas elecciones.
Lee el Salmo 103: 12-14
Tercero, lo que puede confundirte y considerar que has pasado por un pecado peor que otro es por las consecuencias. Las consecuencias de algunos pecados son más graves que la de otros. Todos los pecados no acarrean las mismas consecuencias.
Considera el ejemplo bíblico de Proverbios 5: 20-23; también entérate de las complicaciones del adulterio en Proverbios 6: 27-29 y 6: 32, 33.
Dios te comprende y está totalmente dispuesto a perdonarte. Recuerda no cuenta lo que has hecho sino tu necesidad de perdón y de volver a tener comunión con Dios. Si has pasado por un aborto, a Dios no le sorprende pues vives en el enredo del pecado, pero su anhelo es que cuanto antes recibas perdón y seas libre se culpa, depresiones, tristezas y/o histerias.
El aborto es un pecado que trae efector prolongados, tales como tristezas prolongadas, angustia en extremo. Esto es real cuando hay de por medio una vida. Por eso es interesante leer lo que nos dice el Salmo 32: 3, 4. Existe un ciclo de angustia y depresión que se repite constantemente, y que no desaparece automáticamente.
Cuarto, Dios que seamos restaurados y vivíamos una vida fructífera. El sentido de tu existir está marcado por el deseo de Dios que conozcas que está cerca de ti, que le necesitas y que puede cambiar tu vida.
Cada situación in extremis que vives busca que vuelvas tu rostro a Él pues ante lo terrible que son los tiempos y las experiencias de la vida la única esperanza para sobrevivir y tener esperanza es dejar nuestra vida entera en las manos de Dios.
Los tiempos difíciles son un llamado de atención de Dios para volver al Él. Vivimos las consecuencias del pecado y muchas veces esto trae enredos impensados, pero luego la gracia de Dios viene a rescatarnos, dándonos una vida fructífera y de propósito, a medida que avanzamos más allá del impacto paralizador de la culpabilidad y de la vergüenza causada por nuestro fracaso. Él te dice ven a mí y hallarás descanso para tu alma.
Tal vez la gran pregunta para quién nunca ha pasado por la experiencia de abortar o hacer abortar a alguien es… ¿cómo alguien es capaz de hacerse un aborto? O si has pasado por esta experiencia te preguntarás… ¿cómo pude hacerlo?
Lo que deseo que comprendas con las siguientes líneas es:
Primero, no soy condescendiente respecto al aborto. Pero debemos ser compasivos y muy afectuosos con quienes están viviendo una situación límite.
Segundo, mi deseo es que quien ha practicado un aborto en su cuerpo (o quien ha aconsejado a una mujer a hacerlo), comprenda cual es la respuesta de Dios. La vida no sólo puede continuar, sino que debe continuar. Vivimos en un mundo imperfecto. Diariamente se manifiesta la desobediencia. Exigir la perfección de parte de otros, o de nosotros mismos, es exigir una utopía. Si algo he aprendido como pastor es que el pecado ocurre constantemente y de formas inimaginables. En las vidas de otros, y en la mía propia se manifiesta la desobediencia. Hasta las personas buenas y prudentes obran de manera irresponsable después de haber tomado malas decisiones.
Algunas verdades extraídas de la Palabra de Dios
Deseo tomar cinco declaraciones bíblicas, que con toda seguridad podrás confiar y actuar de acuerdo a ellas. Estas verdades no se limitan al pecado del aborto, pero sin duda lo incluyen.
Todos somos culpables Romanos 3: 23
Primero. Todos hemos pecado. Incluso los hombres y mujeres devotos a Dios, rectos y bien intencionados, pecan de vez en cuando. No dejaremos de pecar hasta que seamos sacados de este mundo, y glorificados estemos en la presencia de Dios por la eternidad. Mientras tengamos esta vida terrenal, mientras estemos respirando este aire, continuaremos desobeciendo a Dios.
Todos estamos incluidos, sin excepción Salmo 14: 2, 3
Todos conocemos la terrible experiencia del fracaso, de hacer lo malo, y de la desobediencia. Es una experiencia a largo plazo durante nuestra vida. Considera lo que dice el Salmo 58: 3
Es interesante observar que a ningún niño se le enseña a desobedecer. Pero su naturaleza le lleva a la desobediencia y a actuar contra el orden. Todos pecamos. Lo hemos hecho, lo hacemos, y lo seguiremos haciendo. El pecado es pecado, y todos lo hemos cometido.
Segundo. Dios se entristece por causa de nuestra desobediencia, pero no se sorprende. No tiene un contómetro o pecámetro para catalogar la gravedad de tu falta, lee bien para Dios todos los pecados son iguales, no hay distinción alguna. Dios ve el acto pecaminoso y lo condena. No se sorprende de nuestro pecado por que vivimos separados de Él, es decir bajo le poder de la oscuridad sin opción a hacer buenas elecciones.
Lee el Salmo 103: 12-14
Tercero, lo que puede confundirte y considerar que has pasado por un pecado peor que otro es por las consecuencias. Las consecuencias de algunos pecados son más graves que la de otros. Todos los pecados no acarrean las mismas consecuencias.
Considera el ejemplo bíblico de Proverbios 5: 20-23; también entérate de las complicaciones del adulterio en Proverbios 6: 27-29 y 6: 32, 33.
Dios te comprende y está totalmente dispuesto a perdonarte. Recuerda no cuenta lo que has hecho sino tu necesidad de perdón y de volver a tener comunión con Dios. Si has pasado por un aborto, a Dios no le sorprende pues vives en el enredo del pecado, pero su anhelo es que cuanto antes recibas perdón y seas libre se culpa, depresiones, tristezas y/o histerias.
El aborto es un pecado que trae efector prolongados, tales como tristezas prolongadas, angustia en extremo. Esto es real cuando hay de por medio una vida. Por eso es interesante leer lo que nos dice el Salmo 32: 3, 4. Existe un ciclo de angustia y depresión que se repite constantemente, y que no desaparece automáticamente.
Cuarto, Dios que seamos restaurados y vivíamos una vida fructífera. El sentido de tu existir está marcado por el deseo de Dios que conozcas que está cerca de ti, que le necesitas y que puede cambiar tu vida.
Cada situación in extremis que vives busca que vuelvas tu rostro a Él pues ante lo terrible que son los tiempos y las experiencias de la vida la única esperanza para sobrevivir y tener esperanza es dejar nuestra vida entera en las manos de Dios.
Los tiempos difíciles son un llamado de atención de Dios para volver al Él. Vivimos las consecuencias del pecado y muchas veces esto trae enredos impensados, pero luego la gracia de Dios viene a rescatarnos, dándonos una vida fructífera y de propósito, a medida que avanzamos más allá del impacto paralizador de la culpabilidad y de la vergüenza causada por nuestro fracaso. Él te dice ven a mí y hallarás descanso para tu alma.
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