Viviendo en las nubes (NBA)

MJ Más jóvenes... ¡¡¡Locos por Jesús!!!

Es una reverenda tontería pensar que alguien que vivió hace 2000 años, y pasaba la mayor parte del tiempo paseando, sentado sobre una piedra, vestido de bata blanca, contando historias y sentado en sus laureles, va a cambiar mi vida hoy.
Jesús no tiene nada que ver con el mundo que vivimos hoy. Jesús es un hombre tipo santito, sonriente o con cara de sufrido con una aureola sobre la cabeza, y anda por ahí pegado en los tableros de los micros o los carros.
Ese Jesús es bueno para los débiles, para los que viven en otro mundo. Pero no tiene nada que ver con los que estudian en el colegio matemáticas, hacen trabajos pesados o necesitan braquetes para corregir sus dientes. Eso es un cuento.
Cierto es, que los fundadores del budismo y el confusionismo, fueron hombres que se pasaban la vida en la meditación y la contemplación.
Pero Jesús era un hombre real, trabajaba como carpintero. Me lo imagino en una calle de Nazaret, con el letrero: “José & Hijos” Carpinteros especializados. Jesús usó un delantal de cuero, le corrió sudor en la frente, y trabajaba agachado sobre un pedazo de cedro y/o pino con la navaja en mano.
Más o menos durante 18 años Jesús de dedicó a esta labor. Le salieron callos en las manos y desarrolló sus músculos. Conocía cabalmente el negocio, presupuestos, proyectos y preparar los pedidos.
Conocía las responsabilidades. Cuidó a sus hermanos a la muerte de José. Jesús nunca vivió sobre una nube. Su mundo como el nuestro era muy duro, difícil y hasta apestoso. Se ensuciaba las manos y a veces dormía en el suelo. Cuando su vida terminó, sufrió una muerte llena de suciedad, sudor y sangre. La gran diferencia entre Jesús y la tuya, es quizás que su vida y muerte trajeron perdón y salvación para cualquiera que cree en Él (Juan 3: 16).